CUANDO SE ACABA LA LUNA DE MIEL… EN LA SEXUALIDAD (y en la relación, en general)

¡El final de la luna de miel NO ES ABURRIDO!

Cuando se acaba la luna de miel, es el principio de lo REAL (¡nada aburrido!).

¡Y esto, en contra de lo que la mayoría creemos, son buenas noticias!

Es muy importante que lo comprendamos porque, de otra forma, podemos pensar que no lo hacemos bien y que nunca lo conseguiremos. 

Aquí te explico por qué…

La fase de luna de miel o enamoramiento es maravillosa, un fenómeno energético expansivo que a todos nos gusta experimentar y que suele estar acompañado de mucha atracción, pasión, deseo, ideales, excitación, subidón… 

 

PERO…

 

LA LUNA DE MIEL TIENE TRES GRANDES INCONVENIENTES:

1. No es real, aún no nos conocemos. Lo que llamamos “enamoramiento” no es Amor. Aún no hemos visto a la otra persona, sino que proyectamos nuestras fantasías e ideales “perfectos”  en ella y por eso el subidón es tan grande.
2. ¡No nos podemos relajar! Nos enfocamos en satisfacer ciertos ideales, mostramos lo mejor de nosotros, pero eso no es todo lo que somos…
3. ¡Se acaba! Antes o después… pero se acaba. Aparecen las primeras decepciones, la otra persona, la relación ya no es como esperaba. Empiezan a caer las proyecciones, fantasías e ideales… Empieza lo REAL.

 

Entramos en una fase de mucha vulnerabilidad, incomodidad, miedos… 

No hay que buscarla, ¡sucede!

 

Es muy importante comprender que esta mayor vulnerabilidad normalmente aparece cuando el compromiso o la conexión con esa persona aumenta, cuando empieza a importarnos más. Esto puede traer a la superficie miedos o heridas muy profundos que estaban escondidos y que, a veces se manifiesta en dificultades (bloqueos, inseguridades, desilusión, traumas, vergüenza, disfunciones…) que hacen que la energía ya no fluya de forma natural.

La reacción más generalizada cuando aparecen las dificultades es intentar volver a la luna de miel por todos los medios. Es decir, la tendencia es a negar, ignorar, evitar lo que está ocurriendo y pretender que no pasa nada. O recurrir a relaciones paralelas superficiales. Porque es más fácil, menos confrontativo. 

¡Pero justo este es el problema! 

No abrazar la vulnerabilidad cuando aparece en la sexualidad, hace que ésta se vuelva superficial, mecánica, desconectada (de la realidad, de las personas involucradas)…

¡Es así que se pierden las ganas! ¡Esto es lo aburrido!

 

Lo que se está necesitando es abrazar toda esta vulnerabilidad…

 

Abrazar la vulnerabilidad es justo lo que le da a la relación profundidad, interés, y lo que permite llevar la relación a una fase de mayor conexión, intimidad, aceptación, amor y un camino de crecimiento personal y relacional muy potente.

¡NADA ABURRIDO!

 

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